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Los jóvenes no quieren ser autónomos en España y no les faltan motivos
Al contrario de lo que pudiera parecer, emprender ya no va ligado a ser joven. En España, este colectivo tiembla al pensar en lo que conlleva ser autónomo, y razones no les faltan. Son los mayores de 64 años los que al no encontrar otra salida en el plano laboral, los que más han crecido.
Según la organización de autónomos UPTA, con datos del Ministerio de Trabajo, en junio de 2018 los autónomos tenían contratados a 923.731 personas, y en 2022 la cifra es de 884.102, un 4,29% menos. UPTA aseguró que la caída se produce “en todos los autónomos empleadores”, y destacó “la significativa” caída en los autónomos con un solo trabajador, donde se pierden 9.525 asalariados.
El espíritu emprendedor desaparece ante unas cuotas que dan vértigo
Las buenas ideas y las ganas de trabajar no han desaparecido, pero es fácil tirar la toalla en un país donde emprender es una tendencia no apta para todos los públicos. La tasa de paro entre los menores de 25 años , según el INE, aumentó respecto al tercer trimestre del año anterior, a pesar de ello darse de alta como autónomos no parece una una salida tentadora.
¿Qué ventaja tiene pagar una cuota reducida durante un año si eres joven? Poco o nada si a la incertidumbre de que el negocio prospere en los primeros 365 días hay que añadirle que la próxima cuota se llevará lo poco que hayas logrado ganar.
El espíritu emprendedor existe, pero ha de convivir con unos costes laborales que una persona joven no puede afrontar.
La pandemia fue la puntilla que acabó con los pequeños negocios y los sueños de emprender
Es fácil encontrarse con reportajes que hablan sobre locales reconvertidos en viviendas. Es decir, el fruto del trabajo de más de treinta años ahora será la casa de una persona que tampoco puede aspirar a comprar una vivienda ‘normal’.
Dicen que las crisis son sinónimo de oportunidades, así se repetía como un mantra allá por 2008, pero nunca antes habíamos convivido con una pandemia que paralizó el mundo durante dos años. Una crisis sanitaria que se llevó vidas por delante y que en 2022 muestra un paisaje demoledor con más persianas echadas de las que estábamos acostumbrados.
Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay. (José Luis Saramago)
A pesar de convivir en un escenario donde emprender parece un castigo en vez de una contribución a que el tejido empresarial no se deshilache, aún quedan mujeres y hombres jóvenes que sueñan con hacer realidad un proyecto empresarial.
¿Podrán cumplir sus objetivos con la inflación por las nubes y los obstáculos en forma de cuotas elevadas? Como no mejore el escenario actual, no será raro que las portadas de los medios digitales estén protagonizadas por personas mayores de 60 años considerados emprendedores a la fuerza.
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